Existe un patrón en los grandes engaños financieros, según Yaniv Hanoch, profesor de Ciencias de la Decisión en la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, que estudia los fraudes. “Lo que ocurre es que consiguen superar una especie de umbral. Y entonces son capaces de reclutar algunos grandes nombres". Parece probable, apunta Hanoch, que algunos de los grandes inversionistas institucionales que invirtieron en FTX no entendían necesariamente los mercados de criptomonedas, pero entraron porque asumieron que otros habían hecho la diligencia debida. Entre los inversores de FTX estaban Temasek, el vehículo de inversión del gobierno de Singapur, notoriamente conservador, y el Plan de Pensiones de los Profesores de Ontario. "Se ve que los fondos de pensiones se involucran... porque piensan 'OK, todo esto es kosher'. No hay razón para que crean que no es kosher".